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¿Cómo deben ser las pinturas exteriores para fachadas?

La fachada es la carta de presentación de cualquier inmueble. Pero más allá de su dimensión estética, el estado de la fachada es crucial para garantizar que un edificio esté bien aislado del exterior y conserve su estructura estable. Y en este sentido, el papel de la pintura para fachadas es mucho más importante de lo que parece, ya que contribuye a que esta se mantenga más sana, protegida y seca.

Como ya sabes que uno de los servicios que prestamos en nuestro estudio es la rehabilitación de fachadas en Barcelona, hoy nos gustaría aprovechar nuestra experiencia para contarte cómo deben ser las pinturas exteriores para fachadas.

Las propiedades de las pinturas para fachadas.

La fachada se encuentra sometida a la constante acción de los agentes meteorológicos externos. La incidencia de los rayos del sol, de la lluvia, de la humedad, de la polución… pasan factura a su conservación, algo que se manifiesta en el estado de su capa de pintura exterior.

Los expertos recomendamos pintar la fachada cada 7 años, aunque siempre depende de la antigüedad del inmueble y de dónde se encuentre ubicado. En cualquier caso, una renovación periódica de la pintura no solo conseguirá que la fachada luzca más bonita, sino que esté más protegida. Pero ese objetivo solo se logrará si la pintura para fachada empleada cumple estos requisitos:

1.- Antihumedad:

Aunque las empresas de arquitectura que nos dedicamos a la rehabilitación de fachadas aplicamos materiales y productos específicos para tratar la humedad, un extra de protección con pinturas antihumedad siempre será bienvenido.

2.- Impermeabilidad:

Las fachadas nos protegen de los agentes exteriores y garantizan el confort que necesitamos en el interior de nuestras viviendas. Con una pintura impermeable se consigue aumentar la resistencia de la fachada a las filtraciones de agua, logrando que esté más seca y protegida.

3.- Transpirabilidad:

Las técnicas para garantizar un mayor aislamiento y hermetismo en las viviendas provocan, en ocasiones, una falta de transpiración. Por eso, una buena pintura para la fachada debe dejar pasar la humedad a través de sus poros para que esta no se acumule sobre la superficie y provoque la aparición de manchas.

4.- Protección solar:

La incidencia del sol hace que el tono de la pintura se vaya rebajando y la fachada comienza a verse más desgastada y vieja. Hoy existen pinturas para exteriores con fórmulas que las protegen del sol y ayudan a que el color se conserve mejor en el tiempo. Además, contribuyen a reducir la acumulación de calor en las fachadas, y por consiguiente, en el interior de las viviendas.

5.- Adherencia y cobertura:

También es esencial que las pinturas para fachadas sean adherentes y cubran bien la superficie sobre la que se aplican. Esta propiedad es realmente importante en fachadas que presenten desniveles, grietas o desconchones, ya que ayudan a corregirlos y ocultarlos a la vista.

¿En qué estado se encuentra la fachada de tu vivienda o inmueble? Si necesitas rehabilitarla, ya sabes que como arquitecto en Barcelona puedo ayudarte, solo tienes que contar con Miguel Ángel Calvo Arquitecto.