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¿Cuándo merece la pena rehabilitar una casa vieja?

Una de las principales consecuencias de la pandemia causada por el COVID-19 ha sido la gran revalorización que han experimentado las casas ubicadas en entornos rurales.

En ese momento, esas viviendas de los abuelos para las que nadie había prestado atención hasta entonces se han convertido en un objeto de deseo que, para ser disfrutado plenamente, requiere una buena rehabilitación y un acondicionamiento general. Y si bien rehabilitar una casa vieja para disponer de una vivienda en el campo puede parecer una decisión inteligente, no siempre lo es. Antes es crucial analizar la viabilidad de esa rehabilitación y ver si merece la pena en términos económicos, y también funcionales, estéticos y sostenibles.

Como arquitecto especializado en la rehabilitación de edificios en Barcelona, hoy te invito a reflexionar sobre estos puntos antes de tomar cualquier decisión.

¿Es buena idea rehabilitar una casa vieja?

La pregunta no tiene una única respuesta ya que depende de muchos aspectos, comenzando por el estado actual que tenga esa vivienda vieja. Veamos algunas de las consideraciones que tienes que plantearte antes de tomar esta decisión:

1.- Estado de la vivienda:

Un aspecto a considerar es el estado estructural de la vivienda. Si los cimientos y la estructura básica están en buenas condiciones, rehabilitar una casa vieja es una opción viable. En estos casos, el coste de reforzar la estructura o adaptarla a las normativas vigentes suele ser asumible, especialmente si lo comparamos con el coste de construir una vivienda nueva.

Sin embargo, si la estructura de la vivienda está en malas condiciones, el coste de la rehabilitación puede superar al de construir una casa, de ahí que, salvo que existan otros motivos que también voy a incluir en este post, la rehabilitación no será la mejor idea.

2.- Presupuesto de la rehabilitación y retorno de la inversión:

Desde una perspectiva económica, no se trata solo del desembolso inicial necesario para rehabilitar una casa vieja, sino también del retorno de esa inversión.

Rehabilitar tiene sentido cuando los costes se equilibran con el valor que la vivienda gana, tanto en términos de mercado como de habitabilidad. Por ejemplo, si la vivienda tiene un valor patrimonial o está ubicada en una zona con alta demanda, rehabilitar puede ser una decisión acertada. El valor de una casa rehabilitada en una ubicación privilegiada tiende a aumentar considerablemente, generando un retorno económico a largo plazo.

3.- Ubicación de la casa vieja:

Como adelantaba en el punto anterior, la ubicación de la vivienda también es un motivo que debe pesar en la decisión final.

Si se encuentra en un lugar en el que siempre has querido vivir o viviste en tu infancia; si tienes cerca a familiares o amigos; si está bien comunicada para plantearte pasar temporadas más largas; si hay una gran demanda de vivienda en esa zona… En definitiva, si la ubicación merece la pena, es probable que rehabilitar esa casa vieja merezca la pena para ti.

4.- Resultado de la rehabilitación

Otro punto a valorar es el resultado final de la rehabilitación, un aspecto genérico pero que concentra la esencia de este artículo. No olvides que muchas viviendas antiguas fueron construidas sin tener en cuenta factores como el aislamiento térmico o la distribución funcional de los espacios. Rehabilitar merece la pena cuando puedas, además de preservar el encanto histórico de la vivienda, mejorar significativamente su eficiencia energética y su funcionalidad. Esto no solo aumentará tu calidad de vida, sino que también reducirá los costes operativos a largo plazo, como los de calefacción, electricidad y mantenimiento.

¿Tienes una propiedad en una zona rural y te estás planteando su rehabilitación para usarla como segunda vivienda o vivienda vacacional? Pues mi consejo es que vengas a verme para valorar de manera objetiva y con total honestidad si merece la pena la rehabilitación de esa casa vieja. Y en el caso de ser así, en mi estudio de arquitectura Miguel Ángel Calvo puedo elaborar un presupuesto cerrado con todas las acciones a ejecutar detalladas para que no te lleves sorpresas finales.